miércoles, 25 de junio de 2014

3+, Experimental Progressive Metal, Avant-garde

El metal progresivo experimental es un sub-género del metal progresivo que se caracteriza por la incorporación de elementos eclécticos, innovadores, la experimentación a gran escala y el uso de sonidos fuera de lo común  y no convencionales, instrumentos, estructuras de las canciones, estilos de juego, y las técnicas vocales. La experimentación en la música es uno de los principales criterios para definir el género en el que los artistas suelen añadir elementos únicos al sonido general, mientras que el metal progresivo por lo general tiene un mayor enfoque en la instrumentación tradicional del metal y los niveles más altos de complejidad técnica.Es casi imposible determinar el origen exacto de Experimental Progressive Metal dado que la experimentación es común en todos los géneros musicales. Sin embargo, está claro que la experimentación en el sub-género del metal progresivo es lenta pero constantemente ha crecido en popularidad desde sus humildes comienzos en la década de 1980.


Agalloch es una banda estadounidense formada en 1995 en Portland, Oregón. El sonido de Agalloch es desbordadamente depresivo y melancólico, sus letras suelen hablar sobre la naturaleza, la soledad, la tristeza y el invierno. La banda realiza un progresivo y experimental estilo de Folk Metal que abarca una gama ecléctica de tendencias, incluyendo el neo folk, el post-rock, el doom metal y el black metal. Agalloch utiliza ampliamente el recurso de incluir arreglos de guitarras acústicas junto al sonido de las guitarras eléctricas, siendo éste, principalmente, el sonido folk que caracteriza al grupo. 


★★★★★

The Mantle, Agalloch, año 2002, país Estados Unidos


Oregón, boscoso sitio, lugar de residencia de los fundadores de Agalloch, locación adecuada casi perfecta para conectar e inspirarse en la naturaleza, pantanosa, violenta, volátil, voluble, furiosa y a la vez creadora de vida, interpretada de la misma manera en este disco. 


La portada de The Mantle muestra la imponente silueta de un alce, con unos árboles desnudos visibles a través de una gris atmósfera de fondo. La mirada del alce parece perdida observando el horizonte, del que podría ser tal vez un inhóspito lugar, pero al que su especie ha logrado adaptarse para sobrevivir durante milenios. La sombría imagen va acorde a la lúgubre obra de este grupo. Combinando magistralmente elementos de Folk-rock, Post-rock, Doom,  crean una sólida estructura de los mejores acordes Black-metaleros de este nuevo milenio.
La fluidez de la música de The Mantle es probablemente uno de los mejores atributos de este disco, donde pareciera que el tótem del alce observa la lejana línea dibujada por los riffs de la casi tímida introducción instrumental, The Mantle nos lleva por un introspectivo descenso de casi 70 minutos, intercalado por momentos con un primitivo salvajismo que grita un desconsolado himno de desesperanza por nuestro mundo y nuestra especie.
Con una impresionante variedad de texturas y sensaciones auditivas, gracias a sus múltiples influencias musicales, The Mantle es un gran uróboros musical, parte del ciclo samsara, un principio y un final que se torna fractalico, cada vez que se escucha se encuentra una nueva textura, un nuevo sonido, un nuevo sentimiento. Este disco nos confronta con una parte nuestra que deseamos ignorar la que genera nuestra desconexión con el mundo natural gracias a la modernidad, esa parte que inconscientemente sufre por el vacío espiritual que nos inunda y sofoca día a día y que se oculta tras un manto de indiferencia.
La majestuosidad de The Mantle es un testamento de Agalloch al estéril paisaje futuro que se prevé en sus acordes, un futuro que tal vez permita a este mundo continuar sin nosotros, un futuro que por momentos pareciéramos empeñados en destruir con nuestra rapaz supervivencia y nuestras miopes acciones. La aguda misantropía heredada de sus raíces Black-metaleras ha hecho de The Mantle uno de muchos álbumes que podrían considerarse parteaguas del Metal con vistas hacia el nuevo milenio.


Cortes recomendados: (todo el disco) In The Shadow Of Our Pale Companion y I Am The Wooden Doors



 
Sigh (サイ, sai?) banda japonesa de Avant-garde black metal, inspirada en la música clásica, el hard rock, las películas de terror y la psicodelia, se formó en mayo de 1990 y se acredita como de los primeros grupos de black metal japonés, cuando la mayor parte del género de esa decada se producía en Escandinavia. Se desplazaron gradualmente desde un tradicional black/thrash metal a uno más experimental, de estilo vanguardista.

★★★★
Imaginary Sonicscape. Sigh, año 2001, país Japón
Álbum experimental, arriesgado, menos black, una joya. Combinando variedad de géneros, entre ellos están el jazz, hard rock, música clásica, rock progresivo, funk e inclusive el reggae. La voz es la usada en el black metal (prácticamente solo en esto y en las letras hay black). En lo instrumental hay muchos solos de sintetizador y de teclados de Mirai Kawashima, también solos de guitarra, decentes pero no impresionantes, además de riffs coquetos y melodías vocales semi adictivas. En momentos recuerda y parece tener parentescos con Mr. Bungle y Ayreon.

Cortes recomendados: Nietzschean Conspiracy, Slaughtergarden Suite




Green Carnation es una banda de rock y metal progresivo formada en 1990 en Kristiansand, Noruega. Desde su fundación, el sonido de la banda ha ido suavizándose con el paso de los discos, evolucionando desde el doom y el death metal progresivo de sus primeros trabajos hasta el hard rock y el rock progresivo actual, llegando a grabar un disco enteramente acústico en 2006 titulado Acoustic Verses.

★★★★★

Light of Day, Day of Darkness, Green Carnation, año 2001, país Noruega.

Light of Day, Day of Darkness es una emocionante única pieza de una hora. El álbum fue inspirado en gran parte por la muerte de la hija de Tchort (fundador y líder de la banda) y el nacimiento de su hijo.

Light Of Day, Day Of Darkness es un completo paisaje sonoro, repleto de extrema calidad, y arreglos capaces de dejar con la boca abierta al más exigente. Partes bien progresivas, otras más rockeras, algunas más experimentales, y todo con un fuertísimo dominio del Doom Metal.Un trabajo épico y oscuro. Totalmente bello, atravesando cientos de emociones, tales como el amor, el temor, el caos, la oscuridad y desesperanza...



-Pink Binary

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