El placer de leer a Freud
JUAN DAVID NASIO, GEDISA, 1999
Por: Axen
Primera de 2 partes
Este libro es una clave para ingresar con placer en lo esencial de los escritos Freud. Está destinado tanto al estudiante que se acerca por primera a la obra freudiana como al analista confirmado que no cesa de indagar en los fundamentos del psicoanálisis.
La obra se divide en tres partes
Una síntesis clara y rigurosa de las ideas freudianas
Una selección de las citas más importantes de los textos de Freud
Una biografía de Sigmund Freud resumida en un cuadro
Juan David Nasio, psicoanalista y psiquiatra es director de los Seminarios Psicoanalíticos de París y docente en la Universidad de París (Sorbona).
Ha publicado numerosas obras muchas de ellas traducidas al castellano, como "El magnífico niño del psicoanálisis", "El niño del espejo" (junto con Françoise Dolto), "Enseñanza de conceptos cruciales del psicoanálisis", "La mirada en psicoanálisis", "Cinco lecciones sobre la teoría de Jacques Lacan" y "Grandes psicoanalistas" (2 vols.), todas ellas publicadas por Editorial Gedisa.
* * *
Dadas las características del tema, sobre todo que considero debe abordarse con cierto grado de rigor metodológico, es que decidí dividir en 2 entregas esta reseña. En la primera abordaremos el esquema del arco reflejo. En la segunda relacionaremos ese arco con lo propuesto por el autor del libro.
JUAN DAVID NASIO, GEDISA, 1999
Por: Axen
Primera de 2 partes
Este libro es una clave para ingresar con placer en lo esencial de los escritos Freud. Está destinado tanto al estudiante que se acerca por primera a la obra freudiana como al analista confirmado que no cesa de indagar en los fundamentos del psicoanálisis.
La obra se divide en tres partes
Una síntesis clara y rigurosa de las ideas freudianas
Una selección de las citas más importantes de los textos de Freud
Una biografía de Sigmund Freud resumida en un cuadro
Juan David Nasio, psicoanalista y psiquiatra es director de los Seminarios Psicoanalíticos de París y docente en la Universidad de París (Sorbona).
Ha publicado numerosas obras muchas de ellas traducidas al castellano, como "El magnífico niño del psicoanálisis", "El niño del espejo" (junto con Françoise Dolto), "Enseñanza de conceptos cruciales del psicoanálisis", "La mirada en psicoanálisis", "Cinco lecciones sobre la teoría de Jacques Lacan" y "Grandes psicoanalistas" (2 vols.), todas ellas publicadas por Editorial Gedisa.
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Dadas las características del tema, sobre todo que considero debe abordarse con cierto grado de rigor metodológico, es que decidí dividir en 2 entregas esta reseña. En la primera abordaremos el esquema del arco reflejo. En la segunda relacionaremos ese arco con lo propuesto por el autor del libro.
Seguramente
habrá quienes consideren que un texto como este es ya materia corriente.
Aquellos cercanos al pensamiento de Freud dirán que es mejor leer directamente
las obras del fundador de la disciplina: y estoy de acuerdo con tal afirmación.
Pero de lo que se pretende es de no colocarse en un lugar superior al otro:
todo texto que se posicione como puerta introductoria a la materia, y más si es
alguien ajeno al psicoanálisis quien lee ese texto , bien pudiera ser de mucha
ayuda para entender al autor y a la obra.
“El genio de Freud es haber
comprendido que, para captar las cusas secretas que animan a un ser, que animan
a ese otro que sufre y a quien escuchamos, en primer lugar y por encima de todo
hay que descubrir esas causas en uno mismo, hay que volver a uno mismo.” Página 17.
El
autor propone un esquema básico del funcionamiento mental según lo encara el
psicoanálisis y tal como se confirma en la realidad concreta de una cura.
La
concepción freudiana de la vida mental, puede formalizarse así:
El esquema del arco reflejo es simple: Dos
extremos, el de la izquierda, polo sensitivo, donde el sujeto
percibe la excitación, es decir, la inyección de una cantidad “x” de energía.
El de la derecha, polo motor, donde el sujeto libera la energía recibida mediante
una respuesta inmediata del cuerpo.
Entre
ambos extremos se instala así una tensión que aparece con la excitación y
desaparece con la descarga motriz. El principio que regula este trayecto en
forma de arco resulta, pues, muy claro: recibir energía, transformarla en
acción, y, en consecuencia, disminuir la tensión del circuito. Trasladado este
esquema al funcionamiento psíquico toma matices similares y también ciertas
diferencias (recordemos que este esquema sigue siendo neurología, no
psicoanálisis).
El
movimiento general del psiquismo tiende a obedecer a este principio orientado a
la descarga total de la tensión, pero no lo logra: en la vida psíquica la
tensión no se agota jamás.
Este
principio de disminución de la tensión que se debe considerar más como una
tendencia y nunca como una realización efectiva, lleva en psicoanálisis el
nombre de Principio de displacer-placer.
En
el polo izquierdo, el sensitivo, encontramos dos características del psiquismo.
La
excitación es siempre de origen externo, jamás interna. Se trate de una
excitación procedente de una fuente externa, por ejemplo el shock al
experimentar un accidente de auto, o se trate de una excitación de una fuente
orgánica, la excitación es siempre interna al psiquismo, pues tanto el shock
como la excitación interna crean una impronta psíquica comparable a un sello
impreso en la cera.
La
fuente de excitación endógena situada en el polo sensitivo del aparato
psíquico, es una idea, una imagen; un representante ideativo cargado de energía,
llamado también, representante de las
pulsiones.
Una
segunda característica es que este representante, cargado una primera vez,
tiene la particularidad de continuar permanentemente excitado. Es imposible pues,
suprimir por completo una tensión que se realimenta sin pausa. Semejante
excitación ininterrumpida mantiene en el aparato un nivel elevado de tensión
que el sujeto vive dolorosamente como una incitación constante a la descarga.
Esta excitación penosa que el aparato trata en vano de descargar sin
conseguirlo es lo que Freud denomina Displacer.
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